Displair es una pantalla aérea táctil como las que podemos ver en algunas películas futuristas o de ciencia ficción. Ahora ha llegado a nosotros, es real y funcional. El nombre proviene de una combinación de la palabra “display” (pantalla) y la palabra “air” (aire).
El artífice de este invento es el ruso Maxim Kamanin, un alumno que le enseñó a su profesor que nunca se debe subestimar a un alumno. Kamanin, asombrado por las pantallas aéreas que aparecían en algunas películas y esos hologramas con los que se puede interactuar que vemos por la TV, preguntó a su profesor que si eso sería posible. El profesor, le contestó que no.