El titulo del artículo llama algo la atención por lo de “Hefesto”, el dios griego de la forja, de la tecnología, el creador de las armas de guerra. Lo he llamado así porque es precisamente de tecnología bélica de lo que trataremos en este artículo. Pero de una tecnología especial, los proyectos militares secretos de algunos gobiernos. El artículo lo he diseccionado en tres partes: los proyectos nazis, los proyectos rusos de la U.R.S.S. y los proyectos de EE.UU.. Espero que disfruten con estas curiosidades...
NAZIS:
Los nazis (Nacional Socialistas alemanes) fueron pioneros en muchas cosas, como prohibir la disección de animales vivos, la conservación de los animales y la naturaleza, el estudio de las energías alternativas, etc. También crearon el primer movimiento anti-tabaco e hicieron los primeros estudios sobre los efectos negativos que causaba en nuestra salud. Pocos saben que también crearon programas sociales para que todos los alemanes vivieran al mismo nivel, incluyendo la creación de un vehículo para la clase obrera (Volkswage o “coche del pueblo”). Pocos saben que la marca Adidas fue creada por Adolf Dassler y Puma por su hermano Rudolf Dassler, incluso Hugo Boss fue un reputado nazi. Ni que decir tiene los avances médicos de la época, las autopistas e incluso los cohetes.
Los cohetes V1 y V2 que creó el III Reich se pensaron con fines militares en un principio. Su creador fue Wernher Von Braun, el que luego ayudaría a EE.UU. a crear el Saturno V, el cohete que llevó al hombre a la Luna en 1969.
También llegaron a crear armas basadas en el viento como un “cañón de viento” que funcionaba con oxígeno e hidrógeno y que jamás se llegó a utilizar. Otra arma basada en el viento fue el “arma vórtice” que generaba torbellinos para derribar aviones aliados y que disparaba proyectiles de carbón pulverizado. Incluso pensaron en un “cañón solar” para atacar a los aviones enemigos.
Otro proyecto curioso fue el “cañón sónico”, un arma capaz de generar una nota aguda que producía una onda sonora superior a los 1000 milibares de presión a unos 50m. Esta onda podía matar a cualquiera que se encontrase cerca en menos de medio minuto de exposición y dañar a todo aquel que se encontrase a 250 metros de distancia.
La “bomba endotermica” fue otro ingenioso invento que consistía en una bomba que al detonar congelaba de forma temporal todo ser viviente que se encontrase a 1 km de distancia. Esta tampoco se llegó a emplear.
Pero la que se lleva la palma es el “motor de implosión” y los estudios de la “antigravedad”. La implosión es una fuerza centrípeta, mientras que la explosión es centrífuga. Básicamente era un artefacto que producía que la presión interior de un espacio fuese mucho menor que la exterior, produciendo una especie de “explosión inversa” donde las fuerzas se concentran en el centro en vez de expandirse. Esto neutralizaba la gravedad y se puede apreciar en el cosmos, cuando una estrella muerta implosina y crea los famosos agujeros negros.
Los motores de implosión funcionaban aire o agua con algunas sustancias disueltas y se pretendían emplear para propulsar supuestas naves secretas con forma de platillo volante y para generar energía eléctrica.
U.R.S.S.:
Los científicos rusos pueden llegar a tener ideas bastante adelantadas para la época, de hecho mucho de los inventos y proyectos que se describen aquí parecen sacados de una película de ciencia ficción pero son reales.
Uno de estos proyectos tendría como objetivo crear un vehículo de combate subterraneo, es decir, una especie de topo de combate que pudiese taladrar el suelo y desplazarse bajo el mismo. El vehículo era bastante aparatoso y disponía de unas patas mecánicas traseras y una cápsula donde permanecían los tripulantes, mientras que en el frontal se incorporaba una tuneladora para perforar el subsuelo. Lo cierto es que fue un proyecto nazi en su inicio y los rusos cogieron los planos de los laboratorios alemanes y continuaron desarrollando la idea. Al final se abandono el proyecto porque los primeros prototipos se movían a paso muy lento y la nueva versión más potente terminó por explotar por la presión del motor.
Otro proyecto ruso un tanto peculiar fue el cañón para lavar el cerebro. Se trataba de un emisor de microondas que pretendía perturbar las frecuencias del cerebro humano. Fue parte de las inversiones rusas dedicadas a la “ciencia psicotrónica”, que finalmente se abandonó por falta de resultados.
Y no podemos olvidar los torpedos de supercavitación VA-111 Shkval, primeros torpedos que aprovechaban la supercavitación para ir a mayor distancia y mucho más veloces. Fueron desarrollados por el Instituto Ucraniano de Hidromecánica y pueden superar los 501 Km/h bajo el agua, algo que sus competidores jamás podrían soñar (por hacer una comparación, los MK-48, uno de los más avanzados que tienen los americanos, apenas superan los 100Km/h). El submarino K-141 Krusk los equipaba y muchos especulan que por eso se negaron a permitir ayuda de otros gobiernos para ser reflotado, no querían que viesen su tecnología.
Pero quizás al que deberíamos de dar el premio al más llamativo es al proyecto SURA, una Instalación de Calefacción Ionosférica. Una máquina para controlar el clima creada por los rusos. Los rusos pensaban que podían controlar el clima y producir catástrofes climáticas en suelo enemigo. Parece que funcionaba enviando partículas ionizadas generadas por un entramado de antenas para interferir con la ionosfera y crear así microclimas artificiales.
La verdad no es nada nuevo esto de alterar el clima, ya que muchos gobiernos han experimentado con químicos que alteran el clima, determinados dispositivos para producir hipotéticos terremotos artificiales, etc.
Estas armas meteorológicas están cobrando mucho interés últimamente...
EE.UU.:
Mucho se habla en las películas de Hollywood sobre los proyectos secretos ficticios o no tan ficticios del ejercito norteamericano. Pero los proyectos e inventos que se detallan a continuación no son ideados por la imaginación de un director de cine, sino reales.
Todos conocemos algunos aviones futuristas como el bombardero B-1, el B-2 Spirit, el avión stealth F-117, el helicóptero Boeing AH-64 Apache, los drones, el vehículo aéreo no tripulado Lockheed Martin RQ-170 Sentinel (“La bestia de Kandahar”), etc., así como bases secretas como el Area 51. Pero quizás el que más llama la atención es la aeronave experimental X-37 que lleva un tiempo orbitando el planeta sin que nadie sepa para qué está ahí. Al parecer sirve para llevar a cabo experimentos científicos orbitales, pero otros especulan con que está suministrando algo a la ISS (Estación Espacial Internacional) e incluso espiando.
Sea para lo que sea esa nave, ahora pasamos al que considero más curioso. Similar a SURA o al EISCAT europeo. Se denomina HAARP (High Frecuency Active Auroral Research Program) y fue financiado por la Fuerza Aérea y la Marina de EE.UU, así como el DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) y la Universidad de Alaska. Según afirman, su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera y mejorar la radiocomunicación. Pero muchos especulan con que se trata de un macrodispositivo para alterar el clima y crear desastres naturales.
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